La
banda de los pitos,
Ha
llegado al pueblo.
Unos
tocan pitos pequeños,
Agudos
y puntiagudos.
Otros
tocan pitos grandes,
Graves
y descomunales.
Sus
melodías son simpáticas,
Llenas
de lirismo aunque,
Con
constantes desafines.
No saben
llevarse entre ellos,
El
ritmo es carrera,
La
armonía su juego,
Y el
arreglo: dulce caramelito sin papel.
No sé
cuando van a parar,
Ellos
creen que son,
Los
señores de la música.
La
gente aplaude,
Vitorean,
Se la
menean,
Con
esta pléyade de descerebrados musicados.
Y yo,
Aquí,
Aguantando
más hoy que nunca,
Porque,
Se me
han acabado,
Los tapones para los oídos.