domingo, 17 de enero de 2021

THE BEACH BOYS “Pet Sounds”

 

Reedición: CAPITOL

(2008)Vinilo de 180 grms

Mucho se ha escrito sobre este disco de la banda californiana. Que si The Beatles influyeron en su elaboración, o al contrario que fueron los propios The Beach Boys quienes hicieron lo propio con la banda de Liverpool…el caso es que es bien cierto que ambos se influyeron mutuamente. Paul McCartney tenía ya una gran amistad con Brian Wilson –el líder y alma compositiva de los chicos de la playa- hasta para llegarle a decir que deberían controlar un poco más las envolturas de sus maravillas. El cuco de McCartney sin duda se quedó con la copla y utilizó alguno de los descubrimientos sonoros de Wilson para utilizarlos en lo que en ese momento sería el siguiente disco de The Beatles “Revolver” –recordemos que “Pet Sounds” se editó el 16 de mayo de 1966 y “Revolver” lo haría el 5 de agosto de ese mismo año-. Aunque a mi siempre me fascinó aquella declaración de Brian Wilson cuando dijo que se inspiró en el “Rubber Soul” para crear “Pet Sounds” un disco, el de los melenudos británicos, editado el 3 de diciembre de 1965. 

Sean cuales fueren las consideraciones al margen, hay que recordar que en esa época Brian Wilson se encontraba extenuado por las largas giras y por la actividad que no cesaba con la banda: llegaron a editar ocho discos -8- en un período de tan solo dos años. Brian necesitaba un descanso así que dejó sus tablas de surf –aunque él nunca llegó realmente a practicar tan peculiar deporte-, sus canciones de amor y sus Teenagers para enfrascarse en doce canciones con las que trabajó en el estudio junto a Tony Asher, un letrista y publicista. Brian se dejó embriagar por las mágicas producciones de Burt Bacharach y por las de Phil Spector para elaborar algo diferente a todo lo que anteriormente había hecho con la banda. Tanto fue así que el propio Wilson fue el autor de casi todas las canciones del álbum. Las aportaciones del resto de la banda fueron escasas. Además Wilson no quiso grabar sus temas en los estudios Capitol sino que anduvo por diferentes estudios de la ciudad de Los Angeles. Ni siquiera contrató a un productor. Wilson tenía todo en su cabeza. Cada corte estaba milimétricamente estudiado para cuando llegase al estudio ponerse manos a la obra rápidamente.        

¿Demasiado altivo para un niñato de 24 años? En absoluto. Brian Wilson es uno de esos pocos genios que le quedan a la música y había que esperar siempre lo mejor de él. 

Sin embargo el disco no fue un éxito. La casa discográfica tuvo que lanzar un Grandes Éxitos para paliar las pocas ventas de “Pet Sounds” ya que a los pocos meses de su edición el disco ya dormía el sueño de los justos en los cajones de rebajas. ¿Demasiado avanzado para su tiempo? Probablemente. Canciones como “God Only Knows” un clásico que el propio Paul McCartney se atrevió a calificar como “la canción Pop más bella jamás escrita”, no tuvo seguimiento en las emisoras de radio. Quizás porque la sociedad norteamericana de 1966 era aún demasiado remisa a que un grupo de Pop utilizara a Dios de manera frívola en una canción. El entronizado Brian Wilson, de esta manera, pensando que había realizado su obra maestra, caería en un profundo shock llegando a afectar incluso a su relación con el resto de sus hermanos y compañeros del grupo. Brian se recluyó en su casa. Se aisló del mundo. Ni siquiera iba ya de gira con el resto de la banda. Se dedicó a crear mientras el resto giraba. Y llegó la degeneración mental, el “buitre” del Dr. Landy –quien se aprovechó de él con su famosa terapia de 24/7 para exprimirle incluso los royalties- en definitiva: Brian Wilson, aunque tardó muchos años,  poco a poco llegó a remontar el vuelo afortunadamente para todos. En la actualidad, al menos en la fecha en que escribimos esto, sigue grabando y cantando sus nuevos discos en solitario.

Sin duda el sello Capitol no supo promocionar un disco adelantado a su tiempo. Y tras la edición de un Grandes Éxitos de la banda The Beach Boys crearon “Good Vibrations” un single editado en el verano de 1967 que pagó los platos rotos de la incomprensión. 

“Pet Sounds” –literalmente “Sonidos Mascotas”- es un disco que se ha convertido en pieza clave para el entendimiento del Pop del siglo XX por motivos obvios: su instrumentación única -no hay un ritmo de batería continuo en ningún corte del disco-, la utilización de inventos como el Theremin que se usaría también en “Good Vibrations”y otros inventos sonoros como bocinas, latas de Coca-Cola, timbres de bicicletas, silbatos para perros…, pero sobre todo lo más importante era la riqueza compositiva de todos los cortes del disco. El criterio estético planteado en este disco por Brian Wilson y sus composiciones estaba sin duda a años luz de cualquier planteamiento compositivo de otras bandas de la época. Tanto fue así que influyeron en sus amigos de toda la vida The Beatles para la elaboración de su posterior “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band” en 1967.  En la cara A del vinilo podemos encontrar de entrada el “Wouldn´t It Be Nice” que se convirtió en video-clip en la época –cuando aún no existían-. Un tema de ambiciones y sueños infantiles. Lo que todo niño dice cuando desea ser alguien en el futuro o llegar a visitar algún lejano lugar siempre añorado. Un instrumental el “Let´s Go Away for Awhile” y el imprescindible “Sloop John B”, que era un tema tradicional arreglado por Brian Wilson y Al Jardine con clara ambientación caribeña, cierra la cara A.

La cara B se abre con una gema absoluta: “God Only Knows” una de esas canciones que uno no se cansa de escuchar. “I Just Wasn´t Made for These Times” es otro de mis cortes favoritos. Una declaración de intenciones de su creador cuando canta eso de “yo no estaba hecho para estos tiempos”. Existe un libro básico para continuar descubriendo los entresijos de las sesiones de “Pet Sounds”. Escrito por Charles L. Granata y titulado “Wouldn´t It Be Nice” como la canción que abre el disco. Por supuesto si sabes inglés. 

La edición en vinilo de 180 gramos que nos ocupa forma parte de un fondo de catálogo del sello californiano Capitol Records. Capitol Vaults, es el título de esta serie especial, que se compone de grabaciones seleccionadas dentro del amplio catálogo del sello respetando siempre la edición original. Con “Pet Sounds” Capitol ha realizado una edición muy fiel donde se ha respetado el sonido mono original de la grabación. Se incluyen los textos originales dentro de la funda interna del disco. El sonido es bastante bueno y si se desea comparar con las otras grabaciones que se han realizado de este disco en formato CD se puede hacer ya que de “Pet Sounds” se puede encontrar de todo incluyendo un Box-Set con 4 CDs para los muy mitómanos. Hay donde escoger.

jueves, 14 de enero de 2021

PINK FLOYD “The Dark Side of The Moon”

 

(Marzo 1973)

Reedición: EMI
(2011)
Vinilo de 180 grms

Pink Floyd fue una banda de Rock Progresivo británica que aprovechó mucho el tirón de un tipo de sonido que a finales de los años 1960s estaba de moda: el Psicodelismo. Era la época de los viajes de ácido (LSD) –que desde la costa oeste norteamericana invadió el Reino Unido-, el arte Pop, el Flower Power y las visiones producidas por varios tipos de drogas. En definitiva era la era de la experimentación por antonomasia. El Pop sencillo que hasta 1964 había imperado en las listas de todo el mundo, daba paso a un deseo de llegar más lejos, más allá y no solo en lo referente a las corrientes artísticas sino al sentido transcendente de una sociedad que de alguna manera se había vuelto muy acomodaticia, llegando a existir tipos que salían en la TV anunciando mediante predicados mojigatos que todos aquellos que escucharan Rock and Roll era como darle la mano al diablo.

En ese transfondo era lógico pensar que hubiese una corriente a nivel social que llegó a amenazar a las cabezas pensantes del poder imperialista: los hippies. Ellos eran la amenaza pues solo deseaban paz y no guerra. En las puntas de los fusiles ponían flores. Cuando se concentraban lo hacían charlando en el suelo y cantando canciones. Realmente eran una amenaza. Las autoridades intentaron poner coto a todo ello hasta que se dieron cuenta de que si lo hacían, la idea de ese país que publicitaban hasta la saciedad como “el país de la libertad, la tierra del hombre libre y de las oportunidades” se le iba a la mierda. Lo que hicieron es, como siempre ocurre, intentar “domesticar” ese movimiento. Llevarlo a su terreno. Tentarlo con dinero y contratos millonarios. Y así lo hicieron. Ya vemos. Al final ese diablo resultó ser el sistema y no el hippie.

Y ¿por qué esta introducción si lo que queremos hablar es de un disco de Pink Floyd? Tenemos que ubicar la época y el concepto para una total comprensión. Y la época vivida por el grupo hasta ese momento fue de mucho Psicodelismo que era la corriente musical lógica derivada de un Pop que, como decíamos más arriba, había copado las listas hasta ese momento. Todo llevaba hacia ahí. El experimento, la transgresión a las normas de esas canciones simples y sobre todo el ir conociendo más el instrumento hasta ser un verdadero instrumentista, hacían de esta época –finales de los 1960s hasta la primera mitad de los 1970s sobre todo- el momento histórico en la música Rock donde más técnica musical hubo –y hasta hoy no ha vuelto a haber- pero a la vez también más basura en modo instrumental. Pink Floyd no eran ajenos a todo ello y era la época de Syd Barrett, guitarrista, cantante y compositor, quien abandonó el grupo tres años después de haberlo fundado junto a Roger Waters, bajo y voz, Richard Wright, teclados y Nick Mason, batería.

Sin duda los sonidos más psicodélicos de la banda se lograron con Syd Barrett. Más tarde Roger Waters llegó a decir que esos temas instrumentales tan largos era algo típico de la época y que los grupos tocaban en directo pues la gente se “ponía” con ellos.

Pero el disco que nos ocupa no posee ese tipo de temas. El más largo dura un poco más de 7 minutos -“Us and Them”- pues en este caso no se quería repetir el mismo tipo de sonido de su antecesor, el álbum “Meddle”, entre otras cosas porque el grupo no conocía un single en las listas desde 1968 con “Point Me at the Sky”. El éxito del disco se debe mucho a la promoción que de él se hizo en Estados Unidos. Los directivos de la discográfica Capitol, intentaron por todos los medios mejorar las ventas pobres que obtuvo “Meddle” y lo lograron a base de una gran campaña en radio donde enviaron copias en mono y en estéreo de los singles del disco. Sobre todo con “Money” se llegó a las más altas cotas de popularidad siendo el tema más emitido en la historia de la banda por la radio en todo el mundo y aún hoy se radia con frecuencia en cualquier radio-fórmula.       

“The Dark Side of The Moon” es un disco-concepto donde se tratan varios temas: la avaricia, los conflictos sociales, el envejecimiento y las enfermedades mentales. Esto último en clara referencia a Syd Barrett pues cuando dejó la banda estaba ya en un estado de plena efervescencia esquizofrénica. Fue sustituido por un amigo del propio Barrett de toda la vida: el guitarrista David Gilmour a quien debemos todos los sonidos de guitarras a partir de este disco y hasta casi el final del grupo. Aunque Gilmour estaba ya en la banda casi desde el principio pues Barrett no soportaba las largas giras del grupo y en su lugar era sustituido siempre por Gilmour.

La Cara Oculta de la Luna”, como aquí se conoció el disco, no era en realidad la Luna que todos conocemos. Solo en parte. Era más bien en sentido de “lunático” y no de satélite de nuestro planeta. El disco se abre y se cierra con el sonido de los latidos de un corazón. El primer corte de la cara A es “Speak to Me” que, junto con el siguiente “Breathe” se adentran en el concepto de la materialidad, la locura y del “voy a lo mío” tan típico en nuestra sociedad capitalista e individualista. “On The Run” es una crítica al estrés y los medios de transporte. A este instrumental le sigue uno de los temas clave del disco “Time” que evoca la materialidad del tiempo o de cómo lo malgastamos aferrándonos a un uso de él hecho simplemente con cosas materiales. Esto trasladado a la actualidad cobra pleno sentido ya que ahora mucha gente pasa horas y horas delante de pantallas sin mayor utilidad que la de estar ahí porque los demás lo hacen igual. La soledad y el retiro a un mundo aparte, cosa que también tiene mucho que ver con las  tecnologías, es el sentido de la repetición de “Breathe” que escuchamos a continuación. La cara se cierra con “The Great Gig in The Sky” un tema ennegrecido por la depresión que destila ya que todo lo anteriormente expuesto hasta este momento nos lleva indefectiblemente hasta la muerte.

La cara B del álbum se abre con la canción que, como comentamos arriba, se ha convertido con el paso de las décadas, en el clásico absoluto del disco: “Money”. Un canto a la avaricia y sobre todo al consumismo. Dos aspectos típicos de esta sociedad capitalista y cada día más alejada del corazón y del sentimiento que nos ha tocado vivir. El tema se abre con un Loop (bucle), otra técnica desarrollada por el grupo, de una caja registradora y ruido de monedas para acabar con una serie de frases ocultas y misteriosas para los amantes de buscar dobles significados en los textos. Le sigue la filosófica “Us and Them” que se recrea en corrientes de pensamiento social creadas por grupos culturales étnicos y en general hace hincapié en las relaciones sociales humanas. Continua “Any Colour You Like” un instrumental que bebe del pasado psicodélico del grupo. Continua con el corte “Brain Damage” en alusión clara al estado mental de ciertos individuos que se embriagan de la popularidad y de cómo ese éxito les trastorna el cerebro. Una canción que aludía claramente a Syd Barrett. El disco se cierra con otra visita a otro mundo filosófico con “Eclipse” donde se analiza, en forma musical, el estado de alteridad o de cómo un individuo es capaz de trasladarse a la piel de otro y de cómo puede acabar siendo ese otro en vez de sí mismo.

Como vemos “The Dark Side of The Moon” es un disco lo bastante interesante como para que le prestemos atención aunque solo sea por lo que supuso en la sociedad en ese momento, no solo la carga de crítica social que posee, sino en el grado de composición que la banda ya había logrado. Sin duda es un disco de Roger Waters como ya lo había sido anteriormente “Meddle” aunque sin éxito. A partir de ahora Pink Floyd iba a tener en Waters a su principal compositor. El disco se vendió como rosquillas y suministró a la banda dividendos suficientes como para comprar casas, coches y vicios varios.

La edición que comentamos en vinilo de 180 gramos se ha hecho recordando fielmente la primera edición que se hizo de él en 1973. En esa época el disco se editó en carpeta doble –gatefold- y se incluían dos pósters y unas pegatinas originales del grupo. En esta edición de 2011 se respeta eso y además se añaden materiales impresos nuevos y la versión del disco en MP3. Una verdadera gozada para cualquier aficionado.  

sábado, 9 de enero de 2021

MARVIN GAYE “What´s Going On”

 

(21 mayo 1971)

El “Sgt. Pepper” del Soul. Un disco que revolucionó el panorama de la música negra de la época hasta ese momento aún preocupada por las canciones de amor, los celos y otros temas intrascendentes. La temática social y la crítica política no estaban bien vistas. Pocos músicos se atrevían a criticar una sociedad capitalista que gastaba ingentes cantidades de dinero público en guerras como la de Vietnam. Entre esos pocos se encontraba el iconoclasta Frank Zappa quien no vendía grandes cantidades de discos así que no era un problema para la sociedad. Pero el caso de Marvin Gaye era diferente. Tuvo muchos éxitos con sus parejas en los 1960s. Los más destacados sin duda los logrados junto a Tammi Terrell a quien se le diagnosticaría un cáncer cerebral a finales de la década falleciendo en marzo de 1970 a la edad de 25 años. Algo que marcaría de por vida a Marvin desde ese momento ya que su visión de la vida cambiaría por completo. A esa tragedia habría que sumarle su fracaso en el matrimonio con la hermana de Berry Gordy, Anna Gordy, sus intentos de suicidio, la partida de su hermano a la guerra de Vietnam y una gran depresión debida en parte por el suceso de Tammi Terrell y en parte por su desencanto con las canciones que grababa. Gaye se sentía como una marioneta en manos de una factoría, la Tamla Motown, que no deseaba otra cosa que el éxito a cualquier precio. Pensaba que se merecía más y ese pensamiento le llevó un día a reflexionar mientras presenció junto a Obie Benson, componente de The Four Tops, un acto de brutalidad policial: las agresiones por parte de la policía a manifestantes anti-guerra en el People´s Park de la ciudad de Berkeley. Benson gritó: “'what´ s going on, what is happening here?” (“¿Qué está pasando, que está ocurriendo aquí?”). Aquello sería el detonante para la creación de la primera canción del disco: “What´s Going On” que en un principio le sería interpretada a guitarra en el estudio a Gordy antes de ser grabada y la respuesta de Gordy fue rotunda: “Esta es la peor canción que he oído en mi vida”. De hecho había otros temas de índole social en el disco e incluso el hoy clásico “Mercy Mercy Me (The Ecology)” entonces también ignorado por el mandamás de la Motown pues ni siquiera sabía el significado de la palabra “ecología”. No obstante, la canción llegó al Top Five. Gracias a ello Gordy cambiaría de opinión dando luz verde a la grabación del disco.

Las sesiones de grabación tendrían dos denominadores comunes: por un lado los músicos de estudio conocidos como The Funk Brothers formación quienes participaron en casi todas las grabaciones de la Motown desde 1959 y por la que irían pasando diferentes músicos. Por otro lado una reina no acreditada: la marihuana. Sustancia que estaría presente en las sesiones de grabación y a la que recurrirían en diversas ocasiones cometiendo a veces accidentes afortunados como el de mezclar dos voces en los coros de la canción “What´s Going On” y quedar maravillados por el suceso. Curiosamente el tema del abuso de las drogas era uno de los asuntos que trataba el disco junto a la guerra, la pobreza, la injusticia social o la necesidad de que el ser humano posea conciencia ecológica.

El disco se plantea como álbum-concepto en el sentido de disco infinito: las primeras notas son las mismas últimas notas que sonarán al final para que el disco sea un bucle sin fin.

Y el éxito fue inmediato convirtiéndose “What´s Going On” en el primer disco grande de Marvin Gaye que llegó al Top Ten el 21 de mayo de 1971.

Un ejemplo de ambición personal cristalizada que fue capaz de absorber sus propios defectos y que sumió a la compañía Tamla Motown en lo que sería el principio del cambio: a partir de aquí todos los intérpretes contratados tendrían su canción protesta  anti social.                        

sábado, 2 de enero de 2021

KING CRIMSON “In The Court Of The Crimson King”

 

(Abril 1969)

Reedición: Discipline Records
(2010)
Vinilo de 200 grms

King Crimson fue una banda de Rock Progresivo británica –el entonces llamado Rock Sinfónico- liderada por Robert Fripp, quien era originario de Dorset, Inglaterra. Fripp era un guitarrista muy preocupado por aunar estilos dentro de sus piezas. Unos estilos que iban del Jazz a la Música Clásica. Cuando todo ello lo mezclaba con el Rock, Fripp ideó un invento sonoro al que llamó Rey Carmesí, nombre ideado por Peter Sinfield, letrista de la banda y poeta, quien inventó a un personaje que provenía del inframundo, en concreto el rey de ese espacio, en alusión clara a Satan o Belcebú.

El grupo estaba compuesto en sus inicios por Robert Fripp a la guitarra, Michael Giles a la batería y coros, Greg Lake al bajo y voz principal –quien luego marcharía a Emerson, Lake & Palmer-, Ian McDonald instrumentos de viento y teclados y Peter Sinfield letras e iluminación.

En un principio el disco iba a ser producido por Tony Clarke, afamado productor británico quien ya había trabajado con The Moody Blues pero el grupo no estuvo plenamente satisfecho con el resultado y decidieron ejercer de productores la propia banda. El 9 de abril de 1969 el disco era publicado y tres meses más tarde se realizaba un concierto en vivo desde el Hyde Park de Londres donde se interpretó el album al completo.

Estamos pues ante lo que para muchos es el primer disco de Rock Progresivo de la historia. Una dosis de buenas canciones e instrumentaciones no muy complejas –como más tarde iban a ofrecer bandas como Yes o Emerson, Lake & Palmer- solo con un mellotron, bajo, guitarra, percusiones y vientos, hacían de este disco pieza fundamental para el entendimiento básico de la música de nuestro tiempo. El disco se abre con “21st Century Schizoid Man” o “El Hombre Esquizoide del siglo 21”, una explosión de energía irrepetible que era la primera piedra de toque para los oídos. La violencia y la avaricia en el texto mezclado con el Hard-Rock y Free-Jazz. Le sigue un aprovechamiento más relejado de la energía con la balada “I Talk To The Wind” con un Greg Lake algo abatido y una flauta que le arrulla en semiinconsciencia. La cara A se cierra con “Epitaph”, el gran tema del disco que ha pasado a la historia y hoy incluso se puede escuchar en alguna radio-fórmula musical de radio. “El muro donde escribieron los poetas, se rompe por sus junturas…”  Sinfield aquí vuelve a su pesimismo habitual ofreciéndonos en esta ocasión una letra que ha quedado marcada como un clásico poco habitual en el Rock por su lirismo, patetismo y crítica social.       

La cara B solo contiene dos cortes. El primero de ellos, “Moonchild”, es un corte extenso dominado por la improvisación. Concluye el disco con el segundo corte, el titulado “The Court of the Crimson King”, donde el mellotron de nuevo hace las veces de jefe de la melodía con un riff que domina todo el corte. El tema apareció como single dividido en las dos caras del mismo dada su duración.

Como curiosidad mencionar que hasta el año 2003 no se pudieron recuperar las pistas originales del disco que, por alguna razón, quedaron perdidas. Consecuentemente todas las re-ediciones que se han hecho del disco hasta 2003 han sido con un sonido más deteriorado. Así pues, en esta copia de vinilo de 200 gramos que nos ocupa en edición limitada, estamos ante el master original del disco de 1969 recuperado en 2003.

La edición se ha efectuado a través del sello propiedad del propio Robert Fripp, Discipline Records, con portada Gatefold y códigos MP3 para descarga.     

Una edición espectacular en vinilo para un disco no menos fascinante y único.

LA BANDA DE LOS PITOS

  La banda de los pitos, Ha llegado al pueblo. Unos tocan pitos pequeños, Agudos y puntiagudos. Otros tocan pitos grandes, Graves ...