Reedición: EMI
(2011)
Vinilo de 180 grms
Pink Floyd fue una banda de Rock Progresivo
británica que aprovechó mucho el tirón de un tipo de sonido que a finales de
los años 1960s estaba de moda: el Psicodelismo. Era la época de los viajes de
ácido (LSD) –que desde la costa oeste norteamericana invadió el Reino Unido-,
el arte Pop, el Flower Power y las visiones producidas por varios tipos de
drogas. En definitiva era la era de la experimentación por antonomasia. El Pop
sencillo que hasta 1964 había imperado en las listas de todo el mundo, daba
paso a un deseo de llegar más lejos, más allá y no solo en lo referente a las
corrientes artísticas sino al sentido transcendente de una sociedad que de
alguna manera se había vuelto muy acomodaticia, llegando a existir tipos que
salían en
En ese transfondo era lógico pensar que hubiese
una corriente a nivel social que llegó a amenazar a las cabezas pensantes del
poder imperialista: los hippies. Ellos eran la amenaza pues solo deseaban paz y
no guerra. En las puntas de los fusiles ponían flores. Cuando se concentraban
lo hacían charlando en el suelo y cantando canciones. Realmente eran una
amenaza. Las autoridades intentaron poner coto a todo ello hasta que se dieron
cuenta de que si lo hacían, la idea de ese país que publicitaban hasta la
saciedad como “el país de la libertad, la tierra del hombre libre y de las
oportunidades” se le iba a la mierda. Lo que hicieron es, como siempre ocurre,
intentar “domesticar” ese movimiento. Llevarlo a su terreno. Tentarlo con
dinero y contratos millonarios. Y así lo hicieron. Ya vemos. Al final ese diablo
resultó ser el sistema y no el hippie.
Y ¿por qué esta introducción si lo que queremos
hablar es de un disco de Pink Floyd? Tenemos que ubicar la época y el concepto
para una total comprensión. Y la época vivida por el grupo hasta ese momento
fue de mucho Psicodelismo que era la corriente musical lógica derivada de un
Pop que, como decíamos más arriba, había copado las listas hasta ese momento.
Todo llevaba hacia ahí. El experimento, la transgresión a las normas de esas
canciones simples y sobre todo el ir conociendo más el instrumento hasta ser un
verdadero instrumentista, hacían de esta época –finales de los 1960s hasta la
primera mitad de los 1970s sobre todo- el momento histórico en la música Rock
donde más técnica musical hubo –y hasta hoy no ha vuelto a haber- pero a la vez
también más basura en modo instrumental. Pink Floyd no eran ajenos a todo ello
y era la época de Syd Barrett, guitarrista, cantante y compositor, quien
abandonó el grupo tres años después de haberlo fundado junto a Roger Waters,
bajo y voz, Richard Wright, teclados y Nick Mason, batería.
Sin duda los sonidos más psicodélicos de la banda
se lograron con Syd Barrett. Más tarde Roger Waters llegó a decir que esos
temas instrumentales tan largos era algo típico de la época y que los grupos
tocaban en directo pues la gente se “ponía” con ellos.
Pero el disco que nos ocupa no posee ese tipo de
temas. El más largo dura un poco más de 7 minutos -“Us and Them”- pues en este
caso no se quería repetir el mismo tipo de sonido de su antecesor, el álbum
“Meddle”, entre otras cosas porque el grupo no conocía un single en las listas
desde 1968 con “Point Me at the Sky”. El éxito del disco se debe mucho a la
promoción que de él se hizo en Estados Unidos. Los directivos de la
discográfica Capitol, intentaron por todos los medios mejorar las ventas pobres
que obtuvo “Meddle” y lo lograron a base de una gran campaña en radio donde
enviaron copias en mono y en estéreo de los singles del disco. Sobre todo con
“Money” se llegó a las más altas cotas de popularidad siendo el tema más
emitido en la historia de la banda por la radio en todo el mundo y aún hoy se
radia con frecuencia en cualquier radio-fórmula.
“The Dark Side of The Moon” es un disco-concepto
donde se tratan varios temas: la avaricia, los conflictos sociales, el
envejecimiento y las enfermedades mentales. Esto último en clara referencia a
Syd Barrett pues cuando dejó la banda estaba ya en un estado de plena
efervescencia esquizofrénica. Fue sustituido por un amigo del propio Barrett de
toda la vida: el guitarrista David Gilmour a quien debemos todos los sonidos de
guitarras a partir de este disco y hasta casi el final del grupo. Aunque
Gilmour estaba ya en la banda casi desde el principio pues Barrett no soportaba
las largas giras del grupo y en su lugar era sustituido siempre por Gilmour.
“
La cara B del álbum se abre con la canción que,
como comentamos arriba, se ha convertido con el paso de las décadas, en el
clásico absoluto del disco: “Money”. Un canto a la avaricia y sobre todo al
consumismo. Dos aspectos típicos de esta sociedad capitalista y cada día más
alejada del corazón y del sentimiento que nos ha tocado vivir. El tema se abre
con un Loop (bucle), otra técnica desarrollada por el grupo, de una caja
registradora y ruido de monedas para acabar con una serie de frases ocultas y
misteriosas para los amantes de buscar dobles significados en los textos. Le
sigue la filosófica “Us and Them” que se recrea en corrientes de pensamiento
social creadas por grupos culturales étnicos y en general hace hincapié en las
relaciones sociales humanas. Continua “Any Colour You Like” un instrumental que
bebe del pasado psicodélico del grupo. Continua con el corte “Brain Damage” en
alusión clara al estado mental de ciertos individuos que se embriagan de la
popularidad y de cómo ese éxito les trastorna el cerebro. Una canción que
aludía claramente a Syd Barrett. El disco se cierra con otra visita a otro
mundo filosófico con “Eclipse” donde se analiza, en forma musical, el estado de
alteridad o de cómo un individuo es capaz de trasladarse a la piel de otro y de
cómo puede acabar siendo ese otro en vez de sí mismo.
Como vemos “The Dark Side of The Moon” es un disco
lo bastante interesante como para que le prestemos atención aunque solo sea por
lo que supuso en la sociedad en ese momento, no solo la carga de crítica social
que posee, sino en el grado de composición que la banda ya había logrado. Sin
duda es un disco de Roger Waters como ya lo había sido anteriormente “Meddle”
aunque sin éxito. A partir de ahora Pink Floyd iba a tener en Waters a su
principal compositor. El disco se vendió como rosquillas y suministró a la
banda dividendos suficientes como para comprar casas, coches y vicios varios.
La edición que comentamos en vinilo de
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