Reedición: CAPITOL
(2008)Vinilo de 180 grms
Mucho se ha escrito sobre este disco de la banda californiana. Que si The Beatles influyeron en su elaboración, o al contrario que fueron los propios The Beach Boys quienes hicieron lo propio con la banda de Liverpool…el caso es que es bien cierto que ambos se influyeron mutuamente. Paul McCartney tenía ya una gran amistad con Brian Wilson –el líder y alma compositiva de los chicos de la playa- hasta para llegarle a decir que deberían controlar un poco más las envolturas de sus maravillas. El cuco de McCartney sin duda se quedó con la copla y utilizó alguno de los descubrimientos sonoros de Wilson para utilizarlos en lo que en ese momento sería el siguiente disco de The Beatles “Revolver” –recordemos que “Pet Sounds” se editó el 16 de mayo de 1966 y “Revolver” lo haría el 5 de agosto de ese mismo año-. Aunque a mi siempre me fascinó aquella declaración de Brian Wilson cuando dijo que se inspiró en el “Rubber Soul” para crear “Pet Sounds” un disco, el de los melenudos británicos, editado el 3 de diciembre de 1965.
Sean cuales fueren las
consideraciones al margen, hay que recordar que en esa época Brian Wilson se
encontraba extenuado por las largas giras y por la actividad que no cesaba con
la banda: llegaron a editar ocho discos -8- en un período de tan solo dos años.
Brian necesitaba un descanso así que dejó sus tablas de surf –aunque él nunca
llegó realmente a practicar tan peculiar deporte-, sus canciones de amor y sus Teenagers
para enfrascarse en doce canciones con las que trabajó en el estudio junto a
Tony Asher, un letrista y publicista. Brian se dejó embriagar por las mágicas
producciones de Burt Bacharach y por las de Phil Spector para elaborar algo
diferente a todo lo que anteriormente había hecho con la banda. Tanto fue así
que el propio Wilson fue el autor de casi todas las canciones del álbum. Las
aportaciones del resto de la banda fueron escasas. Además Wilson no quiso
grabar sus temas en los estudios Capitol sino que anduvo por diferentes
estudios de la ciudad de Los Angeles. Ni siquiera contrató a un productor.
Wilson tenía todo en su cabeza. Cada corte estaba milimétricamente estudiado
para cuando llegase al estudio ponerse manos a la obra rápidamente.
¿Demasiado altivo para un niñato de 24 años? En absoluto. Brian Wilson es uno de esos pocos genios que le quedan a la música y había que esperar siempre lo mejor de él.
Sin embargo el disco no
fue un éxito. La casa discográfica tuvo que lanzar un Grandes Éxitos para
paliar las pocas ventas de “Pet Sounds” ya que a los pocos meses de su edición
el disco ya dormía el sueño de los justos en los cajones de rebajas. ¿Demasiado
avanzado para su tiempo? Probablemente. Canciones como “God Only Knows” un
clásico que el propio Paul McCartney se atrevió a calificar como “la canción
Pop más bella jamás escrita”, no tuvo seguimiento en las emisoras de radio.
Quizás porque la sociedad norteamericana de 1966 era aún demasiado remisa a que
un grupo de Pop utilizara a Dios de manera frívola en una canción. El
entronizado Brian Wilson, de esta manera, pensando que había realizado su obra
maestra, caería en un profundo shock llegando a afectar incluso a su relación
con el resto de sus hermanos y compañeros del grupo. Brian se recluyó en su
casa. Se aisló del mundo. Ni siquiera iba ya de gira con el resto de la banda.
Se dedicó a crear mientras el resto giraba. Y llegó la degeneración mental, el
“buitre” del Dr. Landy –quien se aprovechó de él con su famosa terapia de 24/7
para exprimirle incluso los royalties- en definitiva: Brian Wilson, aunque
tardó muchos años, poco a poco llegó a
remontar el vuelo afortunadamente para todos. En la actualidad, al menos en la
fecha en que escribimos esto, sigue grabando y cantando sus nuevos discos en
solitario.
Sin duda el sello Capitol no supo promocionar un disco adelantado a su tiempo. Y tras la edición de un Grandes Éxitos de la banda The Beach Boys crearon “Good Vibrations” un single editado en el verano de 1967 que pagó los platos rotos de la incomprensión.
“Pet Sounds” –literalmente “Sonidos Mascotas”- es un disco que se ha convertido en pieza clave para el entendimiento del Pop del siglo XX por motivos obvios: su instrumentación única -no hay un ritmo de batería continuo en ningún corte del disco-, la utilización de inventos como el Theremin que se usaría también en “Good Vibrations”y otros inventos sonoros como bocinas, latas de Coca-Cola, timbres de bicicletas, silbatos para perros…, pero sobre todo lo más importante era la riqueza compositiva de todos los cortes del disco. El criterio estético planteado en este disco por Brian Wilson y sus composiciones estaba sin duda a años luz de cualquier planteamiento compositivo de otras bandas de la época. Tanto fue así que influyeron en sus amigos de toda la vida The Beatles para la elaboración de su posterior “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band” en 1967. En la cara A del vinilo podemos encontrar de entrada el “Wouldn´t It Be Nice” que se convirtió en video-clip en la época –cuando aún no existían-. Un tema de ambiciones y sueños infantiles. Lo que todo niño dice cuando desea ser alguien en el futuro o llegar a visitar algún lejano lugar siempre añorado. Un instrumental el “Let´s Go Away for Awhile” y el imprescindible “Sloop John B”, que era un tema tradicional arreglado por Brian Wilson y Al Jardine con clara ambientación caribeña, cierra la cara A.
La cara B se abre con una
gema absoluta: “God Only Knows” una de esas canciones que uno no se cansa de
escuchar. “I Just Wasn´t Made for These Times” es otro de mis cortes favoritos.
Una declaración de intenciones de su creador cuando canta eso de “yo no estaba
hecho para estos tiempos”. Existe un libro básico para continuar descubriendo
los entresijos de las sesiones de “Pet Sounds”. Escrito por Charles L. Granata
y titulado “Wouldn´t It Be Nice” como la canción que abre el disco. Por
supuesto si sabes inglés.
La
edición en vinilo de